El Dr. Ramón Emeterio Betances y Alacán
"¡Seamos la generación del sacrificio, y firmes y constantes en nuestros propósitos,
para nosotros esperemos solamente la lucha nefanda, incansable, los dolores sin tregua, el destierro, el martirio, la muerte!
Mas para nuestros hijos; el hecho venturoso de su independencia indomable -legado nuestro-, la gloria inefable de no pertenecer
al extranjero, de ser dueños de sí mismos, lo que es la felicidad suprema, inclinados ante el solo imperio de la Justicia
y bajo el cielo dulcísimo de la Patria Libre e Independiente."
El l8 de abril de 1827, nació en Cabo Rojo el Padre de la Patria, Don Ramón Emeterio
Betances, hijo de Doña María del Carmen Alacán y Don Felipe Betances Ponce.
Durante su adolescencia cursó estudios en Toulouse, Sur de Francia. Terminó bachilleratos
en Letras y Ciencias, y en 1848 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Paris.
En el año 1848, Betances participó en la revolución de 24 de febrero que implantó
la Segunda República francesa. Selló así su "compromiso de solidaridad con las causas justas."
Además de su dedicación al estudio de la medicina, Betances no descuidó las letras
publicando importantes ensayos y varias novelas, De otra parte, participó junto a Alejandro Tapia y Rivera, Román Baldorioty
de Castro, José Julián Acosta y Segundo Ruíz Belvis en la Sociedad Recolectora de documentos históricos de la Isla de San
Juan Bautista de 1851 cuyos trabajos culminaron en la creación de la Biblioteca Histórica de Puerto Rico.
En enero de 1855 defendió su tesis doctoral sobre las causas del aborto. Luego
de terminar sus estudios, regresó a Puerto Rico y revalidó su título de médico cirujano el 15 de abril de 1856.
De 1858 a 1869 fue desterrado de Puerto Rico en tres ocasiones, expulsado de San
Thomas dos veces y una de Santo Domingo.
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Su primer destierro respondió a la fundación de una sociedad abolicionista en el
oeste de la isla.
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El segundo destierro, en 1864, fue producto de la intervención militar de España
en Santo Domingo.
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La última expulsión en 1867, tomó como excusa el amotinamiento de los soldados
del Primer Batallón de Artillería de San Juan ocurrido el 7 de junio, con el cual Betances se alega no tuvo relación alguna.
Betances y otro desterrado, Segundo Ruíz Belvis, se fugaron y trasladaron a Nueva
York clandestinamente. Junto a José Francisco Basora se institucionalizó el Comité Revolucionario de Puerto Rico, organismo
rector del proceso insurreccional que culminó en el Grito de Lares. En su manifiesto del 16 de julio de 1867, el Comité expresa:
"¡Cubanos y puertorriqueños!, unid vuestros esfuerzos, trabajad de concierto,
somos hermanos, somos uno en la desgracia; seamos uno también en la Revolución y en la Independencia de Cuba y Puerto Rico.
Así podremos formar mañana la confederación de las Antillas."
En noviembre de 1867, Betances se encuentra en San Thomas donde produce su Proclama
de los Diez Mandamientos de los Hombres Libres
Múltiples gestiones para obtener armas y municiones, así como combatientes, para
nuestra lucha de liberación realizó Betances en esa época. Lamentablemente, la revolución abortó en Lares el 23 de setiembre
de 1868.
Expulsado en 1869 de San Thomas, se estableció en Nueva York donde utiliza el seudónimo
de El Antillano en sus artículos en el periódico La Revolución.
Las reformas de 1869 a 1873 en la isla, desde la fundación de partidos políticos
hasta la abolición de la esclavitud negra y la desintegración del trabajo servil, producen una nueva coyuntura. Ante ésta,
el liderato separatista opta por consagrar a la Guerra de los Diez Años de Cuba los recursos y armamentos pertenecientes a
los patriotas puertorriqueños. Para Betances, la lucha por la independencia de Puerto Rico estaba estrechamente ligada a la
lucha por la independencia de Cuba. Betances expresaba: "trabajar por una es trabajar por la otra."
A finales de 1871 regresa a Francia y en 1874 publica su ensayo político Cuba,
en el cual combate las ideas anexionistas de la época, además de explicar las causas de la Guerra de los Diez Años. Sus palabras
no han perdido vigencia:
"En resumen, es incontestable que el gobierno de Washington en esta cuestión,
no se ha dejado guiar nunca por el interés de las Antillas, sino por las ventajas que a su unión a la América del Norte ha
de procurarle".
En abril de 1875 se trasladó de Haití a Puerto Plata, República Dominicana, donde
coincidió con Eugenio María de Hostos. Laboraron conjuntamente un proyecto sedicioso, que sería frustrado por otro de los
tantos Judas de nuestra lucha de liberación.
Hostos partió a Nueva York. Betances volvió a Francia y se reintegró a la práctica
de la medicina, a la investigación y la experimentación médica. Publicó además varias monografías científicas y artículos
periódicos.
En 1880, Betances fue nombrado Primer Secretario de la Legación de la República
Dominicana en Francia.
Durante esta época se opuso intensamente a las pretensiones de convertir a Haití
en un protectorado francés o norteamericano. Alertó Betances sobre las implicaciones de este atentado contra la integridad
territorial de las antillas.
En sus últimos años, dedicó su apostolado a servir la causa cubana. Ocupó el cargo
de Delegado del Partido Revolucionario Cubano (1895). Desarrolló múltiples tareas revolucionarias, incluyendo gestiones diplomáticas
con otros países europeos, la creación de organismos europeos de solidaridad con la revolución cubana, compra y acarreo de
armas para el ejercito libertador, recaudación de recursos económicos, y otras.
Junto a su compañera de los últimos 35 años, Simplicia Isolina Jiménez Carlo, el
16 de setiembre de 1898, a los setenta y un años (71) de edad, falleció en París el Doctor Ramón Emeterio Betances, Padre
de la Patria, luego de una larga y dolorosa agonía ocasionada por su salud decadente. El 5 de agosto de 1920, sus restos arribaron
nuestra isla y fueron depositados en su pueblo natal.
* Tomado de Ojeda Reyes, Félix, Peregrinos de la Libertad, Editorial UPR: 1992
Fuente: www.independencia.net