16 de mayo de 2006
Comunicado de prensa

El respeto a los principios más elementales de la democracia exige que los funcionarios electos acaten la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, particularmente en los asuntos de gran importancia.

Ante la Legislatura de Puerto Rico está pendiente la Reforma Contributiva. Durante la campaña pasada los partidos que conjuntamente obtuvieron la mayoría de los votos emitidos se opusieron a un impuesto sobre el consumo o sales tax.

Al presente es evidente, como refleja la encuesta realizada por el periódico El Nuevo Día, que la abrumadora mayoría de los puertorriqueños se opone a un impuesto sobre el consumo.

La pregunta que tiene ante sí tanto el Gobernador como la Legislatura es si van a respetar o no van a respetar la voluntad de la inmensa mayoría de nuestro pueblo.

El Partido Independentista Puertorriqueño ha presentado diversos proyectos de ley dirigidos a que las grandes corporaciones que hoy disfrutan de privilegios contributivos paguen las contribuciones necesarias para que se pueda hacer una verdadera reforma contributiva en el país. Más aún, nada nos llenaría más de satisfacción que los líderes populares y del PNP trajeran ante la consideración del país cualquier otra propuesta dirigida a que paguen las grandes corporaciones lo que en justicia deben pagar. Estoy seguro que el país está esperando con ansiedad esas ideas del liderato de esos partidos.

Las grandes corporaciones foráneas en nuestro país sacaron de nuestra patria el año pasado más de 31,500 millones de dólares en ganancias, y durante los últimos 30 años han sacado 400 mil millones de dólares. Esto es de 9 a 10 veces más que el total de la ayuda federal neta en ese mismo período de tiempo. Durante ese mismo período la clase media y trabajadora ha aportado tres cuartas partes de lo que se ha pagado en Puerto Rico en contribuciones directas e indirectas.

Los impuestos a las corporaciones que propone el PIP no gravarán a las pequeñas y medianas corporaciones que son casi todas puertorriqueñas. Los proyectos del PIP están dirigidos a acabar con la injusticia contributiva en el país y con la inmunidad que tienen las corporaciones multimillonarias, particularmente aquéllas que exportan ganancias obtenidas en el país.

En todo caso queremos recalcar que aún estas corporaciones multimillonarias podrán descontar de lo que paguen al tesoro de los Estados Unidos lo que paguen en Puerto Rico. Por último, es necesario recalcar que constituye un engaño alegar que estas grandes corporaciones se irían de Puerto Rico a otros lugares del mundo si se les impone un mínimo de contribuciones como propone el Partido Independentista. En muchos países del mundo a donde afluye el capital extranjero se pagan contribuciones más altas que en Puerto Rico.

La única razón por la cual en Puerto Rico estas corporaciones, contrario a los Estados Unidos y a otros países, no pagan las contribuciones que debe pagar es que tanto el liderato popular como el del PNP se aferran a la teoría de mediados de siglo pasado según la cual a estas grandes corporaciones no se les puede tocar ni con el pétalo de una rosa. El liderato popular y PNP se han convertido en servidores incondicionales de estas corporaciones a costa de la clase media y trabajadora que es la que tiene que pagar las contribuciones para sostener un sistema educativo y una infraestructura de la cual disfrutan estas grandes corporaciones.

Ha llegado el momento de enfrentar esta falsa teoría y hacemos un llamado a los legisladores de todos los partidos y al Gobernador de Puerto Rico para que se pongan de parte del pueblo de Puerto Rico y se atrevan a enfrentar a las grandes corporaciones que hoy disfrutan de privilegios excesivos.

Fuente: www.independencia.net