El 29 de junio del 1893 nació en el barrio Tenerías de Ponce, Pedro Albizu Campos, líder del nacionalismo puertorriqueño. En 1930 fue electo presidente del Partido Nacionalista de Puerto Rico y ya en 1936 fue arrestado por el gobierno colonial y sentenciado por un jurado, estadounidense en su mayoría, a 10 años de prisión. Fue enviado a la penitenciaría de Atlanta para apaciguar el gran apoyo que tenía en la población puertorriqueña.

Regresó del exilio el 15 de diciembre de 1947, siendo recibido por miles de puertorriqueños. De inmediato continuó la lucha por la independencia de Puerto Rico. De 1948 al 1950 orientó al pueblo del grave error de participar en las elecciones coloniales que no resolvían nada. Fue profeta político al afirmar que las urnas son el ataúd de los puertorriqueños y tuvo razón debido a que esto nos aún nos divide como pueblo y consolida el poder colonial estadounidense en nuestro archipiélago.

El engaño del gobierno estadounidense con ayuda del ex-gobernador Luis Muñoz Marín al "crear" la seudo constitución del Estado Libre Asociado para “acabar” la colonia con la aprobación de la Ley 600, además de la represión gubernamental, ocasionó el levantamiento armado del 30 de octubre de 1950 que, aunque no triunfó, logró desenmascarar ante el mundo el problema colonial de Puerto Rico. La historia le dio la razón.

Durante largo tiempo, Albizu fue torturado por los federales con radiación, en complicidad con el gobierno del Partido Popular, encabezado por Luis Muñoz Marín.

Fue encarcelado por los hechos de la Revolución del 30 de octubre de 1950 en la que la dignidad de Puerto Rico fue salvada. Indultado por Muñoz Marín en 1953 debido a la presión internacional, fue enviado a prisión nuevamente en 1954 por contestar que "fue un acto de sublime heroísmo" a una pregunta de un reportero sobre cuál era su opinión sobre el ataque nacionalista al Congreso de los EEUU en marzo de ese año. Con los días contados debido al avanzado deterioro ocasionado por la radiación, fue indultado nuevamente en el 1964 por Muñoz.

Albizu pasó a la inmortalidad el 21 de abril de 1965. Su entierro fue uno de los más concurridos en la historia nacional.

Hoy, 40 años después del deceso del patriota más grande que hemos tenido en nuestra historia como pueblo, se reafirma que él es la conciencia de Puerto Rico y que su lucha incansable por lograr la independencia de nuestro archipiélago es admirada por todos los puertorriqueños de conciencia.

Difamado junto con todos sus correligionarios al acusárseles de terroristas, fanáticos, locos, entre otros términos despectivos, resulta que hoy día, la mayoría de los puertorriqueños saben y creen que el ELA es una colonia, saben muy en su conciencia que nuestro pueblo es esclavo y que Albizu y los nacionalistas que lucharon y los que murieron en la Revolución de 1950 tenían razón. Sólo les falta seguir su ejemplo: “La Patria es Valor y Sacrificio”. (Colaboración de José Nieves)

Fuente: www.nacionypatria.com